domingo, 4 de octubre de 2009

Así es la vida

... "asi es nuestro folklore, cuando le crece el silencio, la boca del pueblo la sale a cantar."

Decía la negra Sosa que había venido a este mundo a cantar el folklore de su tierra y cumplió con la misión de desparramar su semilla por el mundo entero.


Fue la voz de América, la pachamama de la canción popular argentina. En su voz todas las voces y la memoria confluían con profunda naturalidad y belleza. Decía que las cuerdas vocales eran apenas un instrumento que le servía para traducir sus sentimientos, los recuerdos, las emociones de una vida, las imágenes en el pobrerío, la soledad, las penas del exilio y las alegrías, en definitiva todo lo que había vivido. Fue un espejo, donde cabía el dolor, la esperanza y la belleza del ser humano.

Texto de Grabriel Plaza, domingo 4 de octubre de 2009, para La Nación Digital.

Haydeé Mercedes Sosa nació el 9 de julio de 1935, en San Miguel de Tucumán, en el contexto de un hogar pobre y de padres trabajadores. Pasó tiempo hasta que la cantante debutó ?bajo el seudónimo de Gladys Osorio? en un certamen organizado por LV12 Radio Tucumán. Mercedes aprovechó el viaje de sus padres a un acto peronista para presentarse en un concurso y ganó con "Triste estoy" una canción que solía interpretar su admirada Margarita Palacios, con la que años después grabaría en un disco.

Con ese nombre transitó como promisoria cantora durante largo tiempo, mientras alternaba con su actividad como maestra de danzas folklóricas. De esa época se sabe que también cantaba boleros, que solía cantar en actos partidarios del peronismo y que hasta pasó como número vivo en el circo de los Hermanos Medina. En esa vida de artista incipiente se cruzó con Oscar Matus, un músico popular con ideas políticas y renovadora vocación por la poesía de Armando Tejada Gómez. Mercedes se enamoró perdidamente. Dejó a su novio oficial y con 21 años se mudó con Matus a Mendoza, donde se empieza a gestar el Nuevo Cancionero.

"En Tucumán nací, pero en Mendoza me hice mujer. Eramos tan felices: me veo delgadita, recién casada con Oscar Matus; me veo comadre de Armando Tejada Gómez, amiga de los compadres del horizonte? Yo era una muchacha sin libros, escuchaba asombrada y aprendía, y abría los ojos y me enteraba del mundo? Todos me amaban y me pedían que cantara, y yo cantaba? Era tan feliz porque, como decimos en la provincia, yo estaba poniéndome gruesa: mi cinturita crecía porque en mi vientre ya latía mi Fabián"

En una época en que el folklore comenzaba a asumir su mayoría de edad y un crecimiento de popularidad sin precedentes, El Nuevo Cancionero proponía romper con lo establecido, miraba hacia todo el continente y quería cambiar el mundo de la canción popular. "Toda la gente pensaba que era algo político. Nosotros buscábamos otro lenguaje poético y queríamos una música nueva. Salíamos de la fuente hacia fuera, pero no descuidábamos el paisaje, porque no nos queríamos alejar del pueblo".

Esa fue la brújula que signaría la búsqueda estética de Mercedes a lo largo de su vida artística, exaltando la belleza de poetas de América, regresando a los repertorios más criollos, vociferando una canción militante, o lanzandóse audazmente al mundo pop para grabar los temas de Charly García, de León, de Milton, de Lerner, de Fito y de tantos otros jóvenes cantores, que amó y busco cobijar con su maternal canto.

1 comentario:

Graciela Romero Maciel dijo...

Y nació un 9 de Julio, igual que nuestro amor...