jueves, 31 de enero de 2008

Adonde están los pájaros que mueren

Termino de celebrar el natalicio de Atahualpa, y la noticia del adíos del Chango me conmueve. Don Ata alguna vez nos dijo: “No le tengo miedo a la muerte, a lo que sí le tengo respeto es al trance, el ir hacia allá. Confieso que tengo curiosidad por saber de qué se trata”. Cerré los ojos y se me apareció la imagen del cantor con su bombo y su particular forma de cantar... “cerrando los ojos”.
Carlos Alberto “El Chango” Nieto, nació en Salta en 1944. En el año 1960 llegó a La Plata a completar sus estudios. En esos años la música folclórica estaba en su gran apogeo; y en una de las peñas tradicionales de esta ciudad se encontró con Hernán Figueroa Reyes, quien después de escucharlo le propone grabar su primer disco. En 1965, fue consagrado como la revelación del festival de Cosquín y desde entonces mantuvo una carrera coherente, exitosa y popular.

La semana pasada cuando Juan Carlos Saravia, desde el escenario "Atahualpa Yupanqui", al inicio del espectáculo “Salta es una Fiesta” informaba que venía a reemplazar al Chango que estaba pasando por un momento difícil, la plaza Próspero Molina le respondió con un sentido "Te queremos Chango, te queremos", creo también haber escuchado al dueño del escenario, que desde el cielo le dijo: "yo también m’hijo".




Adonde están los pájaros que mueren, mi amor de pájaro si muere adonde irá, yo pienso que ha de retornar por el silencio de la flor, en la ternura de los niños y en las cosas que amo yo.
www.elchangonieto.com.ar

Atahualpa Yupanqui, hoy se cumple el centenario de su nacimiento.

Héctor Roberto Chavero “Don Ata” nació el 31 de enero de 1908 en Campo de la Cruz, partido de Pergamino, provincia de Buenos Aires. Murió a los 84 años en Nimes, París, Francia, el 23 de mayo de 1992. Pasaron más de 15 años y sus canciones aún continúan y continuarán vigentes en el tiempo: Chacarera de las Piedras, Caminito del Indio, Luna Tucumana, Los Ejes de mi Carreta, El Alazán, El Arriero, La Añera, Zamba del Grillo, Viene Clareando, Duerme Negrito, Los Hermanos, La Olvidada, La Pobrecita y tantas otras obras. Fue respetado en todos los escenarios donde se presentó; ya sea en una peña, en un festival de canto, de doma o en los más reconocidos teatros del mundo. Era o mejor dicho, es un placer escuchar sus relatos y sus canciones. Comprometido politicamente y con los pueblos. Tenía una personalidad y una apertura mental sorprendente, desbordaba sabiduría. De su humor y ocurrencias ni hablar, alguna vez dijo sobre los Huanca Huá (con Marian) “Es curioso este grupo, una canta y los otros cuatro le hacen burla”.



Jairo nos recuerda al más grande.

miércoles, 30 de enero de 2008

Esperándolo a Tito y otros cuentos de fútbol

En reconocimiento a Fernando Appo que entre otras emociones nos permitió descubrir a Eduardo Sacheri. A Sacheri, gracias también por sus emociones y por expresar e interptretar en su cuento ME VAN A TENER QUE DISCULPAR el sentimiento de muchos para el Diego.

Fragmentos del prólogo de Fernando Pappo - La primera vez que Eduardo Sacheri me escribió, me explicaba en su carta que a la hora en que se emite Todo con afecto jugaba al fútbol. Sin embargo, sabía que en distintas oportunidades yo había pedido para el programa la ayuda de algún cuento, por lo cual él me enviaba "modestamente" tres. Uno de ellos era "Me van a tener que disculpar", esa genial justificación de Maradona en la que habla del jugador sin nombrarlo, y los otros "Esperándolo a Tito" y "De chilena". “Al tiempo, y en mérito a sus virtudes, Sacheri ascendió a la primera. Debo explicar que la primera de Todo con afecto la integran Osvaldo Soriano, Julio Cortázar, Mario Benedetti, Roberto Fontanarrosa, Humberto Costantini, Isidoro Blaistein, Gabriel García Márquez, Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges, cuyos cuentos han sido cuidadosa y exclusivamente seleccionados para la apertura del programa, un espacio que considero de privilegio y que reservo para los consagrados”

Para Diego
Me van a tener que disculpar
. Yo sé que un hombre que pretende ser una persona de bien debe comportarse según ciertas normas, aceptar ciertos preceptos, adecuar su modo de ser a determinadas estipulaciones convenidas por todos.
Seamos más explícitos. Si uno quiere ser un tipo coherente debe medir su conducta, y la de sus semejantes, siempre con la misma e idéntica vara. No puede hacer excepciones, pues de lo contrario bastardea su juicio ético, su conciencia crítica, su criterio legítimo.
Uno no puede andar por la vida reprobando a sus rivales y disculpando a sus amigos por el sólo hecho de serlo. Tampoco soy tan ingenuo como para suponer que uno es capaz de sustraerse a sus afectos y a sus pasiones, que uno tiene la idoneidad como para sacrificarlos en el altar de una imparcialidad impoluta. Digamos que uno va por ahí intentando no apartarse demasiado del camino debido, tratando de que los amores y los odios no le trastoquen irremediablemente la lógica.
Pero me van a tener que disculpar, señores. Hay un tipo con el que no puedo.
Y ojo que lo intento. Me digo: no puede haber excepciones, no debe haberlas. Y la disculpa que requiero de ustedes es todavía mayor, porque el tipo del que hablo no es un benefactor de la humanidad, ni un santo varón, ni un valiente guerrero que ha consolidado la integridad de mi patria. No, nada de eso. El tipo tiene una actividad mucho menos importante, mucho menos trascendente, mucho más profana. Les voy adelantando que el tipo es un deportista. Imagínense, señores.
Llevo escritas doscientas sesenta y tres palabras hablando del criterio ético y sus limitaciones, y todo por un simple caballero que se gana la vida pateando una pelota. Ustedes podrán decirme que eso vuelve mi actitud todavía más reprobable. Tal vez tengan razón. Tal vez por eso he iniciado estas líneas disculpándome. No obstante, y aunque tengo perfectamente claras esas cosas, no puedo cambiar mi actitud. Sigo siendo incapaz de juzgarlo con la misma vara con la que juzgo al resto de los seres humanos. Y ojo que no sólo no es un pobre muchacho saturado de virtudes. Tiene muchos defectos. Tiene tal vez tantos defectos como quien escribe estas líneas, o como el que más. Para el caso es lo mismo. Pese a todo, señores, sigo sintiéndome incapaz de juzgarlo. Mi juicio crítico se detiene ante él, y lo dispensa.
No es un capricho, cuidado. No es un simple antojo. Es algo un poco más profundo, si me permiten calificarlo de ese modo. Seré más explícito. Yo lo disculpo porque siento que le debo algo. Le debo algo y sé que no tengo forma de pagárselo. O tal vez ésta sea la peculiar moneda que he encontrado para pagarle.
Digamos que mi deuda halla sosiego en este hábito de evitar siempre cualquier eventual reproche.
El no lo sabe, cuidado. Así que mi pago es absolutamente anónimo. Como anónima es la deuda que con él conservo. Digamos que él no sabe que le debo, e ignora los ingentes esfuerzos que yo hago una vez y otra por pagarle.
Por suerte o por desgracia, la oportunidad de ejercitar este hábito se me presenta a menudo. Es que hablar de él, entre argentinos, es casi uno de nuestros deportes nacionales. Para enzalzarlo hasta la estratosfera, o para condenarlo a la parrilla perpetua de los infiernos, los argentinos gustamos, al parecer, de convocar su nombre y su memoria. Ahí es cuando yo trato de ponerme serio y distante, pero no lo logro. El tamaño de mi deuda se me impone. Y cuando me invitan a hablar prefiero esquivar el bulto, cambiar de tema, ceder mi turno en el ágora del café a la tardecita. No se trata tampoco de que yo me ubique en el bando de sus perpetuos halagadores. Nada de eso. Evito tanto los elogios superlativos y rimbombantes como los dardos envenenados y traicioneros. Además, con el tiempo he visto a más de uno cambiar del bando de los inquisidores al de los plañideros aplaudidores, y viceversa, sin que se les mueva un pelo. Y ambos bandos me parecen absolutamente detestables, por cierto.
Por eso yo me quedo callado, o cambio de tema. Y cuando a veces alguno de los muchachos no me lo permite, porque me acorrala con una pregunta directa, que cruza el aire llevando específicamente mi nombre, tomo aire, hago como que pienso, y digo alguna sandez al estilo de «y, no sé, habría que pensarlo»; o tal vez arriesgo un «vaya uno a saber, son tantas cosas para tener en cuenta». Es que tengo demasiado pudor como para explayarme del modo en que aquí lo hago. Y soy incapaz de condenar a mis amigos al tórrido suplicio de escuchar mis argumentos y mis justificaciones.
Por empezar les tendría que decir que la culpa de todo la tiene el tiempo. Sí, como lo escuchan, el tiempo. El tiempo que se empeña en transcurrir, cuando a veces debería permanecer detenido. El tiempo que nos hace la guachada de romper los momentos perfectos, inmaculados, inolvidables, completos. Porque si el tiempo se quedase ahí, inmortalizando a los seres y a las cosas en su punto justo, nos libraría de los desencantos, de las corrupciones, de las ínfimas traiciones tan propias de nosotros los mortales.
Y en realidad es por ese carácter tan defectuoso del tiempo que yo me comporto como lo hago. Como un modo de subsanar, en mis modestos alcances, esas barbaridades injustas que el tiempo nos hace. En cada ocasión en la cual mencionan su nombre, en cada oportunidad en la cual me invitan al festín de adorarlo y denostarlo, yo me sustraigo a este presente absolutamente profano, y con la memoria que el ser humano conserva para los hechos esenciales me remonto a ese día, al día inolvidable en que me vi obligado a sellar este pacto que, hasta hoy, he mantenido en secreto. Un pacto que puede conducirme (lo sé), a que alguien me acuse de patriotero. Y aunque yo sea de aquellos a quienes desagrada la mezcla de la nación con el deporte, en este caso acepto todos los riesgos y las potenciales sanciones.
Digamos que mi memoria es el salvoconducto para volver el tiempo al lugar cristalino del cual no debió moverse, porque era el exacto sitio en que merecía detenerse para siempre, por lo menos para el fútbol, para él y para mí. Porque la vida es así, a veces se combina para alumbrar momentos como ése. Instantes después de los cuales nada vuelve a ser como era. Porque no puede. Porque todo ha cambiado demasiado. Porque por la piel y por los ojos nos ha entrado algo de lo cual nunca vamos a lograr desprendernos.
Esa mañana habrá sido como todas. El mediodía también. Y la tarde arranca, en apariencia, como tantas otras. Una pelota y veintidós tipos. Y otros millones de tipos comiéndose los codos delante de la tele, en los puntos más distantes del planeta. Pero ojo, que esa tarde es distinta. No es un partido. Mejor dicho: no es sólo un partido. Hay algo más. Hay mucha rabia, y mucho dolor, y mucha frustración acumuladas en todos esos tipos que miran la tele. Son emociones que no nacieron por el fútbol. Nacieron en otro lado. En un sitio mucho más terrible, mucho más hostil, mucho más irrevocable. Pero a nosotros, a los de acá, no nos cabe otra que contestar en una cancha, porque no tenemos otro sitio, porque somos pocos, porque estamos solos, porque somos pobres. Pero ahí está la cancha, el fútbol, y son ellos o nosotros. Y si somos nosotros el dolor no va a desaparecer, ni la humillación ha de terminarse. Pero si son ellos. Ay, si son ellos. Si son ellos la humillación va a ser todavía más grande, más dolorosa, más intolerable. Vamos a tener que quedamos mirándonos las caras, diciéndonos en silencio «te das cuenta, ni siquiera aquí, ni siquiera esto se nos dio a nosotros».


Eduardo Sacheri nacido en 1967 en Castelar, provincia de Buenos Aires, Argentina. Es profesor y licenciado en Historia, y ejerce la docencia universitaria y secundaria. Comenzó a escribir cuentos a mediados de la década de los '90. Pertenece a ese extraño grupo de escritores que son best seller pero que pocos conocen. Sus primeros relatos futboleros encontraron una amplia audiencia gracias a su difusión por Alejandro Apo en su programa “Todo con afecto”, que se emite por Radio Continental. Desde entonces ha publicado, con gran repercusión en el público lector, cuatro libros de cuentos: Esperándolo a Tito y otros cuentos de fútbol (2000) (editado en España como “Los traidores y otros cuentos”). Te conozco, Mendizábal y otros cuentos (2001). Lo raro empezó después, cuentos de fútbol y otros relatos (2004) Un viejo que se pone de pie, y otros cuentos (2007)., y una novela: La pregunta de sus ojos (2005).


martes, 29 de enero de 2008

Ladysmith Black Mambazo

para ver y escuchar... grupo vocal sudafricano interpreta Homeless.

maravilloso, verdad?

lunes, 28 de enero de 2008

Imaginemos un mundo saludable

http://imaginados.blogia.com/ Las utopías pueden ser realizables. En un rincón del mundo se lucha por ello. Me gustan todos los temas relacionados con la comunicaciòn, por ello tengo un blog, que en abril de 2008 cumplirà tres años. ¿Quién soy?. Zenia Regalado (alias Kasandra –en la página Caribe lindo-; Isabel en Blogalaxia y Cantarina en Viejo Blues). Una periodista cubana, profesora adjunta de la carrera de Comunicación Social en la Universidad Hermanos Saíz, de Pinar del Río, Cuba. Una terrícola amante de la paz. Una madre que lucha por mantener esa tranquilidad.

LAS PALOMAS DE LA PLAZA DE ARMAS. No le temen a los seres humanos. Comparten con ellos el amplio espacio bajo los árboles. Unas veces se desplazan ligeras sobre los adoquines, perdidas entre los pies de los transeúntes; otras, vuelan de una rama a un banco buscando miguitas de ternura o pequeñas semillas. Se unen en bandadas que levantan el vuelo sobre las cabezas de los visitantes que transitan por el casco histórico de La Habana Vieja, impresionados por lo mejor de su arquitectura. Es una mañana soleada de domingo. Frente al Museo de los Capitanes Generales un grupo de teatreros callejeros montados en zancos hacen las delicias de los niños. La gente se toma fotos en todas partes. Una muchacha morena, vestida de amarillo, se pasea por la plaza con una cesta de girasoles bajo el brazo al mejor estilo de la violetera. De los establecimientos en cuc de los alrededores llega la música tradicional cubana interpretada por agrupaciones soneras. En el bulevar de Obispo el gentío es mayor. En los establecimientos y cafeterías, la mayoría en cuc, también actùan intérpretes de música tradicional. Hay vendedores particulares de pizzas-¡excelentes¡- bocaditos de jamón y refresco, en peso cubano. El Floridita, con sus recuerdos de Hemingway, está repleto de turistas y también de cubanos que saborean daiquirí y mojito. No todos han quedado al margen de los mejores servicios gastronómicos. La mañana comenzó radiante; pero pasado el mediodía, una fina llovizna acompañante del nuevo frente frío obligó a los paseantes a tomar refugio bajo los toldos o en los portales; pero la incomparable música cubana no cesaba de escucharse. Es de paz este ambiente, a pesar de los peros.

domingo, 27 de enero de 2008

Fernando Lima cantando durante la misa del 476 Aniversario de la Aparición de La Virgen de Guadalupe en México

De origen argentino y radicado en México, Fernando Lima es el contratenor que interpreta a dueto con Sarah Brightman el tema "Pasión", de la nueva telenovela de Carla Estrada. En entrevista, el contratenor mencionó que su música tiene tintes de jazz, pop y otras corrientes musicales que definitivamente vienen a ser un atractivo para el público. El artista señaló que desde los 6 meses de nacido su madre, maestra de canto, le dio clases y para los cuatro años debutó como solista. Que de Argentina tuvieron que mudarse a Madrid donde continuó sus estudio de canto clásico y saxofón, hasta que incursionó en el pop al conocer a la cantante Fey, a quien le hizo coros y posteriormente trabajó con otros cantantes como Alejandra Guzmán y el grupo OV7.
http://es.youtube.com/watch?v=YTPN3NV9w3g
Fernando, el pasado 12 de diciembre participó en la celebración del 476 aniversario de las apariciones de la Santísima Virgen María de Guadalupe a San Juan Diego. Hace 476 años, María Santísima, con unas pocas y sencillas palabras, unas flores, su propia imagen, consiguió que dos pueblos con culturas opuestas que parecían abocados a destruirse, se hermanaran. El ejemplo de ese milagro ha de servirnos hoy de guía para que los mexicanos sanemos las heridas y logremos acuerdos por la vía del diálogo. La noble tarea de edificar un México mejor, más justo y solidario, requiere la colaboración de todos. En este momento de cambios en todos los ámbitos de nuestra vida, encomendamos a la valiosa intercesión de la Morenita los gozos y esperanzas, los temores y angustias del pueblo mexicano. Unos 5,5 millones de mexicanos celebraron el 476 aniversario de las apariciones de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac, en el norte de la Ciudad de México con rezos y ofrendas florales en la Basílica edificada en la colonia La Villa de esta capital. El templo “mariano” vivió su fiesta de cada año con el paso de los millones de peregrinos mexicanos que llegaron de distintos lugares.

sábado, 26 de enero de 2008

"Intento no quedarme en el pasado. Estoy viviendo hoy. Tal vez por eso haya en mis poemas tantas preguntas"

Juan Gelman huye de la nostalgia y reivindica la memoria y el beneficio de llorar. El premio Cervantes 2007 vive trasterrado en México y escribe impulsado por la obsesión y la necesidad de expresarse. Sus versos de los tres últimos años los ha reunido en Mundar.

El 23 de abril, el poeta argentino Juan Gelman (Buenos Aires, 1930) recogerá en Alcalá de Henares el Premio Cervantes. Exiliado durante la dictadura militar (1976-1983), regresó a su país en 1988 después de 13 años de proscripción y persecución judicial. Su vuelta a Argentina fue breve, tras lo cual el poeta cambió la condición de exiliado por la de "trasterrado" en México, su siguiente destino, donde reside desde hace más de 19 años. Los militares nunca pudieron capturar a Gelman, militante del movimiento guerrillero Montoneros, y se cebaron en su hijo Marcelo, de 20 años, y su nuera María Claudia Iruretagoyena, de 19, secuestrados poco después de casarse. Nunca más supo de aquella joven pareja, que engrosó la larga lista de detenidos-desaparecidos de la dictadura argentina. La muchacha estaba embarazada de ocho meses, condición que la convirtió en botín para los secuestradores. Los militares arrebataron al bebé a los dos meses de nacer y asesinaron a la madre. Durante 23 años, Juan Gelman buscó y rebuscó a su nieta, que vivió en el engaño de una identidad suplantada por una familia que no era la suya. Una y otra vez chocó contra un muro de silencio. Hasta que en el año 2000 una voz anónima le permitió encontrar e identificar a su nieta, a la que nunca conoció tras la desaparición y asesinato de su hijo y su nuera.

El pasado, la memoria, la lucha contra el olvido están presentes en la poesía de Gelman. Un pasado del que trata de distanciarse en sus últimos libros, quién sabe si para sobrevivir al pesimismo y la desesperación. "Hay momentos en que la vida es una bruma que no se puede navegar", escribió en Valer la pena (2001). El próximo mes de febrero se publicará en España su último libro, Mundar (Visor), que recoge poemas escritos entre 2005 y 2007. El poeta sigue escribiendo, impulsado por "la obsesión y la necesidad de expresarse". "Qué le voy a hacer. A estas alturas de la vida, escribir me parece más vicio que vocación", dice Juan Gelman en su apartamento en la colonia La Condesa, en la Ciudad de México, repleto de libros de poesía, filosofía y psicoanálisis.

P. ¿Por qué Mundar?
R.El título es lo último que llega. Puede significar estoy en este mundo, o que el mundo me acosa, no sé. Puede explicar lo que usted quiera. Que el lector decida.
P. Le gusta inventar palabras y jugar con ellas.
R. Sí. Me gustan mucho los títulos anfibios, que pueden tener dos o tres significados. Para el que lee. Por eso títulos como Valer la pena, que puede decir dos cosas, o País que fue será. Es una especie de ambigüedad que es propia de la poesía. Es algo que está en la tradición del Siglo de Oro. Hay cosas de Góngora, Quevedo... Lope de Vega tiene un soneto que dice "siempre mañana, pero nunca mañanamos". Alguna gente empezó a decir en España hace algunos años que no hay que lastimar el idioma. Pero resulta que el idioma lo están lastimando todos los pueblos del mundo. Yo ahora estoy más calmado, porque antes sentía la necesidad de romper barreras en el idioma.
P. Me llamó la atención un comentario del crítico literario Evodio Escalante al referirse al lenguaje de Juan Gelman como "lengua descuartizada, agramaticalidad, sintaxis retorcida, trastocación de los pronombres". ¿Hay para tanto?
R. Respeto todas las opiniones, tanto es así que no las leo. Ésta sí la leí porque está en el prefacio de una antología que publicó la UNAM.
P. El pasado, ¿sigue siendo una obsesión?
R. Lo que pasa es que todos tenemos un pasado. Y el pasado nos constituye, forma parte de nosotros. De esto me estoy alejando en los últimos libros. El mío ha sido un pasado muy marcado por ciertas tragedias, el exilio, la desaparición de mi hijo... que dejan una marca muy fuerte. Me interesa saber qué paso. Indagarlo, no como nostalgia, sino como pregunta. No es una actitud pasiva, creo yo. Intento no quedarme en el pasado. Estoy viviendo hoy. Tal vez por eso haya en mis poemas tantas preguntas.
P. ¿Hasta qué punto el pasado ha condicionado su obra literaria?
R. La poesía no es una cuestión de voluntad. Personalmente he rehecho mi vida, me he vuelto a casar, estoy en México. Pero la poesía no es un acto voluntario. Lo que viene es impensado, no es algo que uno se propone escribir. Es la señora que viene y dicta. A veces uno no la escucha bien, otras veces dicta mal, pero bueno, ja, ja, ja. Cuando viene hay que recibirla muy bien, con mucha atención. En realidad uno a veces se siente escrito. No es una construcción pensada, como puede ser la estructura de una novela o una obra de teatro. He pasado años sin escribir.
P. ¿Cómo afronta la escritura de un poema?
R. No sé lo que voy a decir. Sí preexisten formas de expresión que a lo largo de los años se encuentran. Uno escribe sobre pocas cosas. Es la expresión la que cambia. Cada vez que viene una nueva expresión, los instrumentos expresivos ya adquiridos molestan. Hay que decirlo de otro modo. Los primeros poemas no suelen ser muy buenos, son medio atropellados. Lo explicaba muy bien Cesare Pavese.
P. ¿Existe la inspiración?
R. Es un nombre que se le puede dar. Por qué no. Hay cosas que inspiran. Me siento a escribir cuando ya no puedo más. Escribo a máquina.
P. ¿Rompe muchas cuartillas?
R. No muchas. Corrijo poco. Supongo que es un defecto. Cuando el poema no está, lo tiro. Siento que corregir mucho para un escritor es como traicionar el momento de escribirlo.
P. Advierte usted contra el olvido, cuando escribe "se hinchan los ojos con las cobardías de este tiempo, sentadas en sillas de su olvido". De nuevo el pasado.
R. Más bien la memoria.
P. ¿Se le han hinchado mucho los ojos de llorar?
R. Todavía lloro, hay momentos que no puedo evitarlo, desoyendo el consejo del tango "un hombre no debe llorar". Creo que aquel que no puede llegar a llorar está algo mutilado. Eso tampoco se puede dictar cuándo sucede.
P. Habla de las mordeduras de la época, las guerras, la pobreza, los malos poetas. ¿La poesía puede calmar el dolor de esas mordeduras?
R. La lectura de los poetas, eso es lo que realmente me transporta a otro lugar, de los grandes maestros de la poesía en castellano. Escribir en sí mismo es un acto que no tiene nada que ver con el dolor. No creo que el dolor sea una fuente de poesía, me refiero en la expresión. Es como el amor, desde Safo a la fecha se han escrito millones de poemas sobre el amor.
P. El exilio le alejó de su país. ¿Cómo siente la lejanía de Argentina y de su Buenos Aires?
R. Estoy en México por voluntad propia. Estoy trasterrado, no exiliado. El exilio me llevó a Italia, España, Francia, Nicaragua... Esto era una situación obligada por la dictadura militar, ahora hay gobiernos civiles y nada me impediría vivir en Argentina. Es una decisión mía la de vivir en México. Creo que todos sabemos cómo sentimos lejanía. Puede ser concreta, indefinible, inefable. Hay lejanías con respecto a una vida justa para mucha gente, hay lejanías de hecho, por la pérdida de un ser amado. La intensidad de cada uno depende de cada uno.
P. ¿Por qué no se quedó en Argentina cuando terminó su exilio?
R. Es lo que Mario Benedetti llamó el desexilio. A mí me parece imposible el desexilio. Yo estuve 14 años exiliado, ahí se crea un vínculo muy notable. Cuando estaba exiliado en Roma llegaban compañeros, amigos, también exiliados y algunos que no deshacían las valijas pensando que regresarían la semana siguiente. Nunca tuve esta sensación. Salí con la idea de que iba para largo. Traté de aprovechar al máximo esas diferencias culturales y de entenderlas. Uno llega a la conclusión de que lo mejor es mundar. Hay frases fáciles, como "soy ciudadano del mundo" y otras tonterías. Eso no es verdad.
P. ¿Cómo llegó a México?
R. Regresé a Argentina y conocí a mi actual esposa, que se había exiliado en México años atrás. Terminó las vacaciones y volvió a México. Decidí acompañarla para ver cómo vivía. Todavía lo estoy averiguando. La vuelta a Argentina fue extraña. Volví al periodismo, a Página 12 por unos meses. Un día entré en un bar de comida rápida. Delante de mí había un señor con aspecto de policía muy notable. Me puse a pensar: ¿no será ése el hijo de puta que mató a mi hijo? Me di cuenta de que en Argentina me quedaban pocas alternativas de vida. O vivir amargado, o agarrar la metra y matar a algunos, o acomodarme a la situación. Conclusión: me fui.
P. ¿Se siente en paz consigo mismo después de haber encontrado a su nieta?
R. Claro que sí. La encontré gracias a mi mujer, que no es la madre de mis hijos. Investigamos durante tres años. Teníamos el cuadro bastante claro. Fue un regalo de los militares argentinos a los uruguayos porque estaba embarazada. Pasó lo que siempre pensamos que pasaría. Algún vecino de la pareja que sospechaba. Me llamó una vecina y me contó que un día dejaron junto a la puerta una canastita con un bebé. Coincidía todo. Era la pieza que faltaba en el rompecabezas. Estuvimos con ella. Es muy difícil para todos. Se ha cambiado de apellido. Ahora se llama Gelman García, como su padre. Tenemos una excelente relación, el año pasado vino a México y pasamos juntos el fin de año en Buenos Aires. Pero hay un hecho, son 23 años de vacío, en que no vi cómo empezó a caminar, nunca me dijo abelo, porque ya es mayor y me dice abuelo. Es difícil en este sentido, para ella mucho más que para mí, a los 23 años. Pero estamos logrando reconstruir la relación a partir del encuentro, mirar hacia delante. La veo bien.
P. Usted no ha tirado la toalla y continúa la lucha para saber qué pasó con su nuera y para que los responsables sean juzgados.
R. Algunos ya están presos, en Uruguay y en Argentina. Dos o tres coroneles, un capitán de policía que estuvieron directamente implicados en el asesinato de mi nuera y en la entrega de la niña. Los van a juzgar primero en Uruguay. En la investigación nos ayudaron manos anónimas. Un día nos hicieron llegar un documento revelador contra el general Cabanillas, que aspiraba a ser jefe del Ejército. Empecé una campaña de cartas contra este general. Fue apartado del Ejército, por su torpeza. Quiero recuperar los restos de mi nuera para tener un lugar de recuerdo donde llevar flores.
P. Hablemos de la relación con su madre. El exilio la separó de ella.
R. Yo estaba en Managua trabajando como jefe de redacción de la Agencia Nueva Nicaragua (ANN) en 1982. Toda la correspondencia que iba a Nicaragua pasaba por Estados Unidos. Las cartas llegaban tardísimo. En un mismo día recibí tres cartas, una de mi madre, una de mi consuegra desde Argentina, en la que me decía que había visto a mi mamá activa, a pesar de haber tenido dos recaídas del cáncer, y una de mi hermana, que me daba la noticia fatal de su muerte. Mi madre llegó a Buenos Aires en 1928 desde la Unión Soviética hablando ruso. Era una mujer enérgica, culta, que descendía de una familia de rabinos de un gueto de Ucrania. Yo solía pedirle que me contara cosas de la revolución rusa y demás. Cuando abandoné la carrera de Química y le dije que quería ser poeta, me dijo: "Con eso no vas a ganar un peso en la vida".
P. Y escribió Carta a mi madre,
que se publicó en 1989 en Buenos Aires.
R. Por las últimas cartas que había recibido de mi madre me daba cuenta de que estaba mal. Traté de conseguir un pasaporte falso para entrar en Argentina y estar con ella. No lo logré a tiempo. Tardé dos años en escribir el libro. Vivía en Ginebra, donde trabajaba en el Palais des Nations. Una noche no pude más y escribí la carta, que quedó perdida en un cajón hasta que la publiqué años después.
P. El libro comienza así: "Recibí tu carta 20 días después de tu muerte y cinco minutos después de saber que habías muerto / una carta que el cansancio, decías, te interrumpió / te habían visto bien por entonces / aguda como siempre / activa a los 85 de edad pese a las tres operaciones contra el cáncer que finalmente te llevó". Decía Paul Valéry que el primer verso lo otorgan los dioses y luego el poeta se las arregla como puede. ¿Es su caso con el primer verso de Carta a mi madre?
R. Sí, sí. Creo que sí. El primer verso es muy importante. Apollinaire decía que cuando uno escribe y no le sale tiene que seguir hasta dar con ello.
P. Su libro Miradas recoge 77 crónicas que publicó originalmente en el diario Página 12. Literatura y periodismo. ¿Dónde está la frontera?
R. La frontera es el tipo de género, pero siempre digo que el periodismo es literatura. Como en todas las cosas artísticas se pueden escribir buenos y malos poemas, buenos y malos artículos. En el periodismo es algo distinto porque el tipo de exigencia es diferente. Después de trabajar en muchas cosas distintas aproveché una oportunidad para entrar en el periodismo, porque me pareció que era lo más afín. Soy periodista. Tengo una curiosidad que no se apagó. Escribo una columna todas las semanas en los diarios Página 12 y Milenio. -

Entrevista: Poesía contra el olvido - El País.es
La bitácora de Gelman: www.juangelman.com

martes, 22 de enero de 2008

Sencillita y de alpargatas...

como dicen aquí en el pago, esta receta es para Ana, para Ignacio, para Cristina, para Pino, para Juan y para todos aquellos que puedan acceder al Jamón Ibérico de Bellota. Mientras tanto, yo seguiré esperando hasta que mi amigo López Ortega, descubra el "sabrás para qué" (ver PD nota anterior)

PAN CON TOMATE Y JAMÓN IBÉRICO DE BELLOTA
Ingredientes para 4 personas:
1 Plato de Jamón López Ortega.
1 Pan de pueblo, o en su defecto un pan grande para poder partir rebanadas.
Las que sobren pueden rociarlas con aceite de oliva... la puta, no me acuerdo el nombre de mi amigo, entgonces usen el mejor (pero que no sea de Anillaco, La Rioja, Arg., porque se le caera el pelo y le saldrán cuernos en la frente).
4 Tomates maduros. Aceite de Oliva y sal.

Preparación:
Se parte el pan en grandes rebanadas. Se parten los tomates por la mitad y se untan por todo el pan.

Una vez untado a tu gusto, añade un chorrito de aceite de oliva por la rebanada y una pizca de sal.
Para hacer estos pasos es preferible colocar la rebanada de pan que vayas a untar en un plato para no ensuciar demasiado.
Colocar las lonchas de jamón a lo largo de la rebanada de una manera ordenada.
Listo para tomar este delicioso plato típico de la gastronomía española. Es ideal para tomar como aperitivo o tapa con un buen vino (el mejor posible).
También puedes prepararlo también en forma de canapé o bocadillo en función del tipo de pan que emplees.


Viva López Ortega... carajo!

Idolo! viva López Ortega

Con esta nota quiero rebatir y tirar abajo aquel mito de que los hipertensos no podemos comer jamón crudo. Lo que NO debemos comer, son los embutidos berretas comunes, la cachai gorda.

Esta es una muy buena ocasión para recordar al Dr. Favaloro, cuando nos informó que una copa diaria de buen vino tinto hacía bien al corazón. Hoy el Dr. Maciel nos recomienda la "combinación perfecta" acompañar la copa del mejor vino (pero ojo, solamente una vez a la semana) con una porción de Jamón Ibérico de Bellota.

El Jamón Ibérico de Bellota es un alimento bajo en calorías y con un gran rico aporte de vitaminas, además de contener un 50% más de proteínas que las carnes frescas. Debido a su proceso de curación, totalmente artesanal y natural, nuestro jamón es un alimento puro y aséptico cuya carne no sufre ningún tipo de manipulación. El Jamón es algo más que un producto gastronómico, es un delicatessen con innumerables virtudes. Además de ser un placer para nuestro paladar actúa beneficiosamente sobre nuestra salud. El jamón es antioxidante y tiene un alto contenido en vitamina E. Tomarlo junto al tomate dobla sus efectos beneficiosos. La calidad de la grasa del Jamón Ibérico de Bellota es excelente, predominando en su composición el ácido oleico (con niveles superiores al 50%), característico del aceite de oliva. Esto facilita la producción de HDL ("colesterol bueno") en el organismo, reduciendo al mismo tiempo el LDL ("colesterol malo")
Por tanto su consumo moderado ayuda a mantener un adecuado nivel de colesterol y previene las enfermedades cardiovasculares. Ofrece un generoso aporte de vitaminas del grupo B, especialmente la B1 y B2; tan sólo 100 gramos de jamón proporcionan el 24% del consumo diario recomendado de esta vitamina. Es rico en hierro, magnesio, zinc y calcio, pero sobre todo en fósforo, aportando el 30% del consumo diario recomendado. Es un alimento recomendado para dietas hipocalóricas ya que 50 gramos de nuestro jamón ibérico de bellota, tan sólo aporta unas 150 kilocalorías.
Con el Jamón López Ortega, cuidar tu salud es un placer.

Fuente de información http://www.lopezortega.es/

PD: amigo Lopéz Ortega gracias, en privado te dejo mi dirección, ya sabrás para qué.

lunes, 21 de enero de 2008

GATO HABLA EN CHINO MANDARÍN (para motivar a XC)

Una abuela china asegura que su gato es capaz de hablar... entonces si Mimi puede hablar en chino mandarín, como no lo va a lograr XC.

A ver XC repasemos... como se dice ABUELITA en chino mandarín... LAOLAO (EL-EI-OU-EL-EI-OU), muy bién, very well, ahora en español (L-A-O-L-A-O) LAOLAO.


Lv, una señora de 70 años, oriunda de la ciudad de Changchun, afirma que Mimi, su gato, se ha transformado en una celebridad gracias a su habilidad para hablar.

"Estaba jugando mahjong en casa con mis amigas, cuando de pronto escuché que alguien me llamaba 'Laolao' (abuelita)", comentó.

"Primero pensé que era mi nieta, pero ella no estaba en casa".

Ahí fue cuando se dio cuenta que la voz no era de un ser humano sino de su adorable gato.

"Creo que Mimi aprendió a decir 'Laolao' ya que mi nieta me lo dice todo el tiempo", explicó Lv, agregando que desde esa primera palabra, Mini ha ampliado su vocabulario.

"Cuando se despierta y no ve a nadie alrededor, él suele preguntar: '¿ren ne?' (¿no hay nadie?). Mientras que, cuando estoy con mis amigas jugando mahjong, él se acerca y dice: '
¿gan sha ne?' (¿Qué están haciendo?)".

La señora Wang, vecina de Lv, asegura que la pronunciación de Mimi es muy buena aunque "suena como una niña, y él es niño".

la bikina

... una ayudita para interpretar el sentir de chamacojesus y su guitarra.

http://www.goear.com/listen.php?v=b9c2164

Hay muchas versiones cantadas de La bikina (también la grabó Luis Miguel), pero a mi me llegó más la interpretación del cantor venezolano, Gualberto Ibarreto.

domingo, 20 de enero de 2008

¿Quien soy? ¿Qué es esto?


¿Azúcar o edulcorante?
Esta pregunta la hago mucha veces al día. Soy camarero y pongo muchos cafés.

Hoy es domingo 20 de enero de 2008 y estreno este otro blog que es el mismo que estoy haciendo en otro lado pero distinto. Me explico. Llevo unos meses en blogger con El Bombonacho (http://bombonacho.blogspot.com/) en donde desarrollo un sitio para comentar situaciones cotidianas de mi vida, cositas curiosas y graciosas dirigidas principalmente a mis seres más cercanos, digamos que es una forma de estar un poco más cerca de la gente a la que tengo lejos. Esta orientación que le dí al Bombonacho se quedó ahí, cortita, limitada por ese aspecto familiar e intimista, y no quiero cambiarlo porque cumple su misión correctamente. Por eso es que necesitaba otro blog para mí. Uno más abierto y dirigido al aire para el que lo quiera tomar.

Desde mi nuevo SuperBombonacho busco un espacio que sea fiel a mi gusto personal, mi sentido del humor que por momentos es ácido, otras veces es irónico y de vez en cuando tontuno. Sé que si me sale como quiero te puede llegar a gustar.

Ojalá que al entrar en mi mundo te diviertas, ojalá no te aburras, pero sobre todo deseo que al final sientas algo. Y ese algo espero que lo compartas conmigo y con los demás dejando un comentario sobre la impresión que te dejó este blog.

Bienvenidos. Empieza el SuperBombonacho. Salud y saludos para todos. Desde Sevilla. Nacho.

Muy buena la iniciativa siempre hay que superarse, felicitaciones y adelante. Bombonacho me inició en la blogosfera (suena lindo esta palabra), si antes no te dí las gracias te la doy ahora. lodedonbeto siempre será "intimista y limitado a la familia y los amigos" que ojalá sean un millón. Igualmente y solamente por eso de superarse, nunca dejaré de arrojar semillas o dejando cosas en la web, como por ejemplo estas dos perlitas del 20 de enero del nuevo año.

Dulce Madera Cantora... aunque seas una yamaha.

Soy Jesús García, guitarrista aficionado español. Con tantos buenos guitarristas en YT, intentaré aportar algo nuevo a través del repertorio, subiendo arreglos propios o piezas que no vea demasiado repetidas. Gracias por visitar mi canal.

Así simplemente y modestamente se presenta este artista aficionado madrileño. Es un regalo, por favor hagan "doble click" en el enlace http://es.youtube.com/watch?v=K7rO2JeaBJE

Esta es una de mis canciones favoritas, no ya solo por la fantástica y dinámica melodía, sino porque me recuerda el tiempo que viví en Mexico, un país al que adoro. Allí existe una gran tradición musical, muy orientada hacia la música popular y a su folklore, como cabe esperar de gente tan apasionada y orgulllosa como los mexicanos. Este es mi pequeño tributo a todos ellos. Se la dedico a mi gran amigo mexicano, Sergio, y a Oliver Nadler, que tuvo la generosidad y gentileza de proporcionarme la partitura de este extraordinario arreglo de Julio César Oliva, sin duda el mejor guitarrista mexicano. "Chamaco" Jesús García.

jueves, 10 de enero de 2008

Compadres

"Si no se vive como un hombre junto a todos los hombres, uno es turista en este mundo, fotografiando paisajes". Solía decir el poeta Hamlet Lima Quintana.


En este 10 de enero en que nuevamente no estás para saludarte, quiero recordarte y estar presente, Compadre.

Amigo, compañero, camarada, compinche, confidente. Hasta siempre.



sábado, 5 de enero de 2008

Porqué creo que los reyes magos existen

Apenas su padre se había sentado, al llegar a casa, dispuesto a escuchar como todos los días lo que su hijo le contaba de sus actividades en el colegio, cuando éste, en voz baja, como con miedo, le dijo:

- «¿Papá?»
- Sí, hijo, cuéntame.
- «Oye, quiero… que me digas la verdad».
- Claro, hijo. Siempre te la digo, respondió el padre un poco sorprendido.
- «Es que…», titubeó Tomás.
- Dime, hijo, dime.
- «Papá, ¿existen los Reyes Magos?»
El padre de Tomás se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.
- «Mis amiguitos dicen que son los padres. ¿Es verdad?»
La nueva pregunta de Tomás le obligó a volver la mirada hacia el niño, y tragando saliva le dijo:
- ¿Y tú qué crees, hijo?
- «Yo no sé, papá: que sí y que no. Por un lado, me parece que sí, que existen, porque tú no me engañas; pero, como las amiguitos dicen eso».
- Mira, hijo, efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero…
- «Entonces es verdad?, cortó el niño con los ojos humedecidos–. ¡Me has engañado!»
- No, mira, nunca te hemos engañado, porque los Reyes Magos sí que existen, respondió el padre tomando con sus dos manos la cara de Tomás.
- «Entonces no lo entiendo, papá».
- Siéntate, Tomi, y escucha esta historia que te voy a contar, porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla, dijo el padre, mientras le señalaba con la mano el asiento a su lado.

Tomás se sentó entre sus padres, ansioso de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:
- Cuando el Niño Dios nació, tres Reyes que venían de Oriente, guiados por una gran estrella, se acercaron al portal para adorarlo. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:
“¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían”.
“¡Oh, sí! –exclamó Gaspar–. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo”.
Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó: “Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito…”
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió, y la voz de Dios se escuchó en el Portal:
“Sois muy buenos, queridos Reyes, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?”
“¡Oh, Señor! –dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas–. Necesitaríamos millones y millones de ayudantes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero no podemos tener tantos ayudantes, no existen tantos”.
“No os preocupéis por eso –dijo Dios–. Yo os voy a dar, no uno, sino dos ayudantes para cada niño que hay en el mundo”.
“¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible?”, dijeron a la vez los tres Reyes con cara de sorpresa y admiración.
“Decidme, ¿no es verdad que los ayudantes deberían querer mucho a los niños y conocer muy bien sus deseos?”, preguntó Dios.
“Sí, claro, eso es fundamental”, asintieron los tres Reyes.
“Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?”
Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír:
“Puesto que así lo habéis querido y para que, en nombre de los tres Reyes de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, Yo ordeno que, en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros ayudantes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte, regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y, a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y, alrededor del portal de belén, recordarán que, gracias a los tres Reyes Magos todos son más felices”.

Cuando el padre de Tomás hubo terminado de contar esta historia, el niño se levantó, y dando un beso a sus padres dijo:

- «Ahora sí que lo entiendo todo, papá. Estoy muy contento de saber que me querés y que no me han engañado».

Corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su alcancía en la mano, mientras decía:
- «No sé si tendré bastante para comprarles algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero», y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.